Las entidades encargadas de la exploración del espacio, como la NASA y otras agencias internacionales, se encuentran en alerta debido a la amenaza potencial que representa el asteroide 2024 YR4, que podría impactar la Tierra en el año 2032. Según David Rankin, un destacado científico de la NASA, se ha identificado una extensa área de posible impacto que abarca regiones desde Asia hasta el norte de Sudamérica, incluyendo ciudades pobladas como Chennai en la India y Hainan en China.
Los últimos análisis realizados hasta el 19 de febrero de 2025, sugieren que la probabilidad de que el asteroide colisione con nuestro planeta el 22 de diciembre de 2032 ha aumentado a un 3,1 %, una cifra notablemente más alta que la probabilidad inicial de 1,2 %. Este asteroide, que tiene un diámetro estimado entre 40 y 100 metros, es comparable en dimensiones a un rascacielos.
En caso de un impacto, la liberación de energía podría equivaler a la de ocho megatones de dinamita, lo que representa una potencia 500 veces mayor que la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima. No obstante, los investigadores siguen de cerca su trayectoria para poder determinar con mayor exactitud el nivel de riesgo que representa.
Aunque la posibilidad de una colisión efectiva es baja, el asteroide tiene un 99 % de probabilidad de pasar cerca de la Tierra.
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Para evaluar estos cuerpos celestes, los científicos se basan en su luminosidad, pero la falta de información precisa sobre su composición y nivel de reflectividad hace que las estimaciones del tamaño del asteroide sean preliminares. En el peor de los escenarios, si 2024 YR4 se encuentra en el extremo superior de su rango de tamaño al momento del impacto, la onda expansiva podría extenderse a unos 50 kilómetros, suficiente para destruir una gran ciudad.
La velocidad de entrada del asteroide en la atmósfera también es un factor clave; de darse un impacto, el asteroide ingresaría a una velocidad de casi 61.200 km/h, lo que generaría una devastadora liberación de energía. 2024 YR4 fue detectado por primera vez el 27 de diciembre de 2024 mediante el uso del telescopio ATLAS, ubicado en Chile, y desde entonces se ha priorizado su monitoreo a través del sistema Sentry de la NASA y la Agencia Espacial Europea. Astrónomos de todo el mundo, utilizando telescopios como el Magdalena Ridge en Estados Unidos y el Very Large Telescope en Chile, están trabajando conjuntamente para afinar las predicciones relacionadas con su comportamiento en el espacio.
En la actualidad, el asteroide se encuentra a unos 45 millones de kilómetros de la Tierra y continúa alejándose. Se espera que su visibilidad persista hasta abril de 2025, cuando se perderá de vista para los telescopios convencionales, y no se anticipa su regreso cercano a nuestro planeta antes de 2028, momento en el cual se reevaluará su órbita.
Si los astrónomos no logran establecer claramente si el asteroide colisionará, permanecerá en la lista de riesgo hasta su próxima observación conclusiva en 2028. A medida que se acumulan más datos sobre su trayectoria, la precisión de los cálculos mejorará, y es probable que el riesgo de impacto se reduzca, e incluso se descarte.
Actualmente, la NASA y la Agencia Espacial Europea están comprometidas en el seguimiento de miles de asteroides cercanos a la Tierra, aunque algunos pueden no ser detectados debido a su tamaño reducido o trayectorias complicadas. Sin embargo, se prevé que la capacidad de detección de estos cuerpos celestes mejore significativamente en los próximos años gracias al avance tecnológico.
¿Cuál sería la zona de impacto del asteroide 2024 YR4 según los expertos?
Ante la incertidumbre, la International Asteroid Warning Network (IAWN) identificó un «pasillo de riesgo» que abarca el océano Pacífico oriental, el norte de Sudamérica, el océano Atlántico, África, el mar Arábigo y el sur de Asia.