Entre Buenos Aires y Black Mirror: La revolución silenciosa que cambió las reglas del juego audiovisual para siempre
La historia comenzó en silencio, como las grandes revoluciones tecnológicas. Mientras el mundo debatía sobre el futuro de la inteligencia artificial, Netflix ya había cruzado la línea: la primera escena generada con IA en una producción original llegó a pantalla sin que nadie lo notara. El momento había llegado, y la industria del entretenimiento acababa de cambiar para siempre.
Serie de Inteligencia Artificial Netflix: El momento Eternauta
En abril de 2024, cuando “El Eternauta” se estrenó en la plataforma, una secuencia específica marcó un antes y un después: el derrumbe de un edificio en Buenos Aires. Lo que parecía una escena más de ciencia ficción escondía un secreto tecnológico que no se revelaría hasta meses después.
Ted Sarandos, codirector ejecutivo de Netflix, confirmó durante una reunión con inversores que la plataforma había utilizado inteligencia artificial generativa para crear esta secuencia clave. No se trataba de un experimento oculto o una prueba beta: era contenido final, listo para consumo masivo, integrado perfectamente en una superproducción protagonizada por Ricardo Darín.
La revelación llegó acompañada de datos contundentes. Según Sarandos, la secuencia se completó diez veces más rápido que con efectos tradicionales y con un coste que habría sido inviable con métodos convencionales para una serie de ese presupuesto. La colaboración entre el equipo creativo y Eyeline Studios, la división interna de efectos visuales de Netflix, demostró que la IA no venía a reemplazar el talento humano, sino a potenciarlo.
Inteligencia Artificial en Netflix: Más allá de la experimentación
El caso de “El Eternauta” no representa un experimento aislado. Netflix lleva tiempo explorando las posibilidades de la inteligencia artificial en diferentes fases de producción. Desde la previsualización hasta la planificación de rodaje, las herramientas generativas están transformando los flujos de trabajo tradicionales.
La estrategia de la compañía es clara: utilizar la IA como una herramienta que permite a los creadores “hacer películas y series mejores, no solo más baratas”, según palabras del propio Sarandos. Esta filosofía marca la diferencia entre ver la tecnología como un recorte de costos o como una expansión creativa.
La escena del edificio porteño se generó a partir de indicaciones humanas y se completó mediante herramientas de IA capaces de producir imágenes y videos realistas. El proceso combina la visión creativa humana con la capacidad de procesamiento artificial, creando un híbrido que ni los espectadores más atentos fueron capaces de detectar.
Cuando la realidad superó a Black Mirror: El caso “Hotel Reverie”
La ironía del momento histórico resulta fascinante. Mientras Netflix integraba discretamente la IA en sus producciones reales, “Black Mirror” estrenaba “Hotel Reverie”, un episodio que explora precisamente el uso de inteligencia artificial en la producción cinematográfica.
El episodio presenta a una empresa llamada ReDream que utiliza tecnología de inmersión avanzada para recrear películas clásicas, explorando temas de conexión y deseo en entornos completamente artificiales. La protagonista, interpretada por Issa Rae, es transportada a una película vintage a través de tecnología de IA, enfrentándose a dilemas sobre la autenticidad en un mundo digital.
Como explicó el director Haolu Wang: “La historia fundamental es sobre dos personas que encuentran una conexión auténtica en un entorno enteramente artificial”. El contraste resulta profético: mientras Black Mirror imaginaba estos escenarios como distopía futura, Netflix ya los estaba implementando como realidad presente.
La sincronía temporal no es casual. Ambos proyectos reflejan el momento de transición que vive la industria audiovisual. Por un lado, la ficción especulativa advierte sobre los riesgos y dilemas éticos. Por otro, la práctica empresarial avanza hacia la integración normalizada de estas herramientas.
El futuro ya llegó, solo está desigualmente distribuido
La frase de William Gibson nunca fue más relevante. Mientras algunos sectores de la industria siguen debatiendo sobre la llegada de la IA, Netflix ya demostró que el futuro no es una promesa lejana: es una realidad operativa.
El impacto trasciende lo tecnológico: los Premios Goya han modificado sus reglas tras conocerse el uso de IA en “El Eternauta”, está estableciendo nuevos criterios para producciones que incorporen estas herramientas. La industria se ve obligada a adaptarse a una realidad que avanza más rápido que sus marcos regulatorios.
Netflix no solo cruzó una línea tecnológica: redefinió las expectativas sobre lo que es posible en producción audiovisual. La pregunta ya no es si la IA llegará a la industria del entretenimiento, sino cómo se integrará en cada nuevo proyecto.
La revolución silenciosa ya comenzó. Y como demostró “El Eternauta”, a veces los cambios más profundos llegan sin anunciarse, transformando el panorama desde adentro mientras el mundo mira hacia otro lado. El tren de la IA partió de la estación, y Netflix ya está en el vagón delantero, construyendo las vías del futuro creativo.